“Jesús nació, Jesús murió, Jesús resucitó. Como se curaron la llagas de Jesucristo, así pueda ser curada esta enfermedad, en honra y gloria de la santísima trinidad”…
Con oraciones que penetran los poros de quienes las escuchan, rituales jaculatorios, encomiendas a los Santos, confesiones de fe, peregrinaciones, es como los creyentes se acercan a la salvación de su alma y, en casos especiales, a la salvación de su cuerpo, poniéndose a disposición de quienes transmiten la tranquilidad de la curación: los curanderos, visitados a diario por abuelas, padres, hijos, hermanos, solitarios y todos aquellos cuya creencia en lo sobrenatural les da confianza para sanar.
Entre ritos mágicos, tratamientos y oraciones salen a la luz, cada uno con su forma particular de curar completamente ligada a la sociedad a la que sirven. Todos ellos tienen algo en común, son fruto del mestizaje cultural, herederos de tradiciones antiguas, algunas blancas, otras amarillas y otras pintadas de negro.
En Antioquia estos colores se mezclan en las caras de las personas y las formas de vestir, pero principalmente en sus costumbres, dadas por españoles que se negaron a marcharse, negros en un principio esclavos que se consolidaron como hermanos y los indios residentes de la tierra, haciéndolo un departamento triétnico cultural, como lo llama Virginia Gutiérrez de Pineda, antropóloga que se dedicó a estudiar la medicina tradicional de Colombia.
Tal fusión los hizo herederos de tradiciones mágica, de curas servidas en vasos, de pociones mezcladas con yerbas y oraciones, que fueron instalándose poco a poco en sus costumbres.
Antes de la llegada de los españoles, los indios habitantes de la tierra colombiana ya contaban con “un sistema médico mágico religioso asociado a procedimientos curativos de la farmacopea vegetal mediante el conocimiento directo de su ecosistema, de los factores agresivos del medio ambiente y de prácticas diseñadas para contrarrestarlo” . El Chamán, cabeza médica de la tribu, es el que llevaba a cabo los diferentes procesos curativos mediante rituales, y ayudado por los alucinógenos entraba al mundo de los espíritus, con el fin de sanar las enfermedades de los pacientes.
Los chamanes en el ejercicio médico presentaban ciertas características, una de ellas es la cultura mágica: se llega a las causas de la enfermedad por medio de un ritual. El chamán convence y está convencido de los poderes que tiene.
A su vez, ¨el chaman actúa como intermediario entre lo sobrenatural y el individuo, desencadenando un fin propuesto: la curación mágica de la salud. Los chamanes traducen a los pacientes sus percepciones sobre su enfermedad o problema, captadas en un proceso peculiar en cada comunidad.” La terapia curativa de estos se basa en la manipulación metafórica de los planos de la forma, entre nivel subconsciente y nivel inconsciente, es decir, se confunde el plano de lo real y lo irreal, la solución mítica al conflicto genera curación en el plano de lo físico.
El uso de alucinógenos es muy común en los rituales indígenas, pues son utilizados para entrar en contacto con los espíritus. Los vegetales producen un trance que ocasiona la sensación de estar en cercanía con lo sobrenatural. Este “trance” es utilizado por el chamán para proyectar su propia personalidad psíquica y social, lo cual sirve para el proceso curativo del paciente.
La ceremonia de los chamanes comprende la toma de alucinógenos como medio necesario para “viajar” y escaparse de la realidad por medio de un trance. El chamán entra en contacto con los espíritus y ejerce un control sobre ellos. ¨Al retornar de su éxtasis al mundo de lo cotidiano, el chaman trae un mensaje ¨logrado en su comunicación sobrenatural con los espíritus¨. Mediante un recordatorio que pone a flote el subconsciente personal y cultural, conforma un dictamen médico que entrega a los consultantes, mensaje que se vierte y expresa en el lenguaje cultural¨ .
Los negros traídos especialmente de África en “su condición de esclavos llegan culturalmente desintegrados y su medicina no fue recopilada por cronistas al momento de su arribo; también traía un sustratum y algún sistema médico… Su mentalidad mágica le sirve para captar y asimilar la medicina española y la india en un proceso de fácil aculturación” . De los rituales curativos específicos traídos por los esclavos no se tienen datos precisos; sin embargo, es muy notoria, en la actualidad, la influencia de esta cultura en la conformación de la identidad colombiana.
Las cabezas mágicas de los africanos fueron denominadas en el sistema colonialista como “brujas”, “yerbateras”, “herbolarias”, “herbarias”, “hechiceras”, entre otros nombres que descalificaban su labor. Estas cabezas eran principalmente mujeres, aunque se conocen algunas figuras masculinas en los archivos históricos, que cumplían la tarea de adivinadoras y realizaban conjuros y sortilegios.
La estructura mágica negra tenía dos campos de desarrollo: las relaciones psicoafectivas o magia de atracción y de castigo, y la magia agresiva dirigida a producir enfermedad y muerte.
Las anteriores actividades eran juzgadas y castigadas con la muerte por los colonos, pues estos rituales iban en contra de los estatutos eclesiásticos. Existen registros de juicios hechos a esclavos con acusaciones de brujería, sólo por sospecha procediendo con argumentos de tipo religioso como ¨renegar de Dios cuando sus amos los azotan¨. Los acusados eran obligados a realizar una ¨confesión¨ de hechicería, por eso se dice que a nuestra cultura llego la época medieval tardía.
El español trajo la medicina europea del momento, transmitió y aplicó un sistema médico oficial. Esta medicina estaba influenciada por conocimientos prácticos del mediterráneo y el Cercano Oriente. Su sistema médico tenía muchas carencias, la más importante es que no respondía a las exigencias del nuevo hábitat.
En la actualidad vemos como estos tintes se funden para conformar una creencia única. La magia de la curación donde “España aportó sin querer, o negándolo, la transfusión de su magia medioeval y su religión mágica, y la cultura aborigen hizo otro tanto. Los ensalmos, las oraciones, las reliquias, las imágenes de santos se mezclaban con los purgantes, las sangrías, las dietas, los principios de los humores de lo cálido y lo frío, y con algunas drogas mínimas. Los temores de las brujas de los endeudamientos, de las ánimas como “espantos“, prodigan tanto bien como las imágenes milagreras de los santos que curaban con su invocación su efigie, su advocación, su oración, etc.”
El antropólogo Carlos Pinzón reflexiona sobre los parámetros místicos establecidos por la Iglesia, refiriéndose a la concepción del cuerpo, teoría generadora del miedo a lo mágico. ¨ Los rituales y mitos de los africanos fueron vistos como la expresión más viva del mal. La danza y el frenesí sirvieron de modelos de acción del demonio, esto explica el etnocidio de los esclavos” que se dio en tiempos de la Inquisición.
Esta época trajo consigo la muerte de muchas personas procurando la destrucción de las creencias nativas, por causa de la presión política, religiosa y un pensamiento médico diferente, que violentaba a la sociedad mágica médica.
A pesar de ser perseguidos, a ellos seguían acudiendo por medicinas alternativas pues existían muy pocas cabezas médicas blancas, haciendo que “la atención de salud se distribuyera entre otras etnias. Las condiciones expuestas en el legado hispánico - institucionales e instrumentales- forzaron a que la atención en salud fuera compartida por el indio y el negro, máxime cuando los status separan las razas.”
A esto se le sumaba el miedo que les inspiraba sus poderes, pues además de curar las enfermedades tenían la fuerza mágica agresiva para provocarlas. “Si se cree en su poder total se aceptan las dos modalidades. La frustración mágica genera reacción mágica. Sus actos curativos no están siempre libres de ritual mágico y por tanto, mágicamente pueden ser combatidos.” Es decir, que el curandero tiene la capacidad tanto de curar como de provocar el mal a las personas.
Estos males se relacionaron con la influencia demoniaca, que hizo que chamanes y negros practicantes de la medicina fueran juzgados en la inquisición, a pesar de que sus ritos se adaptaron paulatinamente a la “cultura cristiana y a sus rasgos mágicos asociados con conceptos de pecado como origen de la enfermedad, a las verbalizaciones curativas en forma de oraciones y el culto a imágenes de la salud.”
De esta forma nos llenamos de rituales, creencias que nos movían y nos mueven a creer en lo sobrenatural; “los curanderos mestizos aprendieron parte del ceremonial indio, tomaron su farmacopea vegetal y la vistieron con el saber hispánico. A su vez, el médico español se agachó al suelo americano para utilizar sus yerbas, y el negro debió sobrevivir en las “palenqueras” con descubrimientos improvisados por él, en las manos de la sabiduría del indio.” Resultó así el nacimiento de una nación diversa producto de la riqueza cultural donde no existen los límites del cuerpo y se toma la magia como algo real, donde se transporta a los pacientes a ser participes de lo desconocido y se abren las puertas al gran mundo de las curaciones mágicas.
Producto de la Herencia
Author: Jacqueline Aguirre / Etiquetas: Curanderos
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