Una historia de curación

Author: Jacqueline Aguirre / Etiquetas:




La medicina tradicional en nuestro país se vio influenciada en gran medida por tres culturas importantes: el legado americano o indio, el legado africano y el legado español, que nos convierte en un país con tendencia triétnico-cultural.

La colonización de estas tres culturas se dio por la explotación minera y por la construcción y asentamiento del ferrocarril de Antioquia.

La explotación minera influyó en el mestizaje de la sociedad, haciendo que la región sufriera una recomposición étnica profunda a causa de la disminución indígena y de la presencia de la población de origen africano que fue esclavizada. Estas mezclas generaron confusión pasando del esplendor a la decadencia típica en las zonas mineras, por causa de los continuos desplazamientos de los habitantes tras los nuevos placeres mineros.

Por otra parte, el establecimiento de escuelas y facultades de medicina llegó tarde a la región antioqueña, mucho después del periodo de la República, “mientras tanto la gente sin recursos acudía a los empíricos, quienes eran sostenidos material y moralmente por el “analfabeto semi-civilizado” quien se contenta con el servicio de yerbatero en que pone su fe” [1], como lo expresa la historiadora Libia Restrepo en su trabajo de prácticas médicas en el ferrocarril de Antioquia.

La buena salud de los trabajadores era muy importante para la producción; por esta razón, en el caso del ferrocarril, existía un médico de planta. Sin embargo, en ocasiones no contaba con tiempo para atender a todos sus pacientes, causa de la llegada de curanderos y charlatanes desde Puerto Berrío, que se asentaron en la zona del nordeste.

“Muchos obreros acudían por su cuenta a curanderos o se aplicaban remedios caseros… Todavía en 1920 se escondían durante las campañas de vacunación de la viruela, acostumbrados a los yerbateros”[2] .En la actualidad, estos curanderos se encuentran en la zona que rodea el túnel La Quiebra, es decir, entre el corregimiento de Santiago y El Limón.

Los curanderos nacen como resultado de que “con el tiempo las tradiciones se mezclan y se puede diferenciar ya entre curanderos europeos, según la tradición española, y curanderos de tipo americano, hijos del mestizaje y con más elementos en su práctica de medicina tradicional americana y empleo de elementos médico-botánicos, cosa no tan característica de curanderismo español. Estos nuevos curanderos, preferentemente blancos y mestizos, han incluido en su práctica la botánica médica americana, pero su forma exterior se asemeja más a la tradición española. La práctica se ha vaciado bastante de los rituales curativos simbólicos, rituales que han sido reemplazados en gran parte por el lenguaje como elemento fundamental de la relación curandero-paciente, tal como se hace en la medicina occidental.”[3]

Este fenómeno es explicado más claramente a través de la historia de la medicina tradicional en nuestro país, que se vio influenciada en gran medida por tres culturas importantes: el legado americano o indio, el legado africano y el legado español, que nos convierte en un país con tendencia triétnico cultural.

“La herencia india (sic) se identifica por un sistema médico mágico religioso asociado a procedimientos curativos de la farmacopea vegetal mediante el conocimiento directo de su ecosistema, de los factores agresivos del medio ambiente y de prácticas diseñadas para contrarrestarlo”[4]. El Chamán, cabeza médica de la tribu, es el que lleva a cabo los diferentes procesos curativos mediante rituales, y ayudado por los alucinógenos entra al mundo de los espíritus, con el fin de sanar las enfermedades de los pacientes.

¨Un chamán, según Harner es un hombre o mujer que esta en contacto directo con el mundo de los espíritus, mediante un estado de trance y tiene uno o más espíritus bajo su dominio, para llevar a cabo sus mandatos en el bien o en el mal¨[5]. Esto quiere decir que los chamanes no sólo curan enfermedades, a su vez tienen la capacidad de provocarlas.

Los chamanes en el ejercicio médico presentaban ciertas características, una de ellas es la cultura mágica: se llega a las causas de la enfermedad por medio de un ritual. El chamán convence y está convencido de los poderes que tiene.

¨El chaman actúa como intermediario entre lo sobrenatural y el individuo, desencadenando un fin propuesto: la curación mágica de la salud. Los chamanes traducen a los pacientes sus percepciones sobre su enfermedad o problema, captadas en un proceso peculiar en cada comunidad.”[6] La terapia curativa del chamán se basa en otros recursos, en la manipulación metafórica que se hace en los planos de la forma, entre nivel subconsciente y nivel inconsciente, es decir, se confunde el plano de lo real y lo irreal, la solución mítica al conflicto genera curación en el plano de lo físico.

El uso de alucinógenos es muy común en los rituales indígenas, que los utilizan para entrar en contacto con los espíritus. Los vegetales producen un trance que ocasiona la sensación de estar en cercanía con lo sobrenatural. Este “trance” es utilizado por el chamán para proyectar su propia personalidad psíquica y social, lo cual sirve para el proceso curativo del paciente.

Para elegir a los chamanes estos deben pasar por un proceso de entrenamiento y capacitación en forma institucional, para recibir los poderes mágicos y ponerlos en acción mediante rituales específicos. La selección de personalidad chamánica obedece a los siguientes principios: principio selectivo sobrenatural, principio selectivo social, principio formativo individual y las formas mezcladas.

La ceremonia de los chamanes comprende la toma de alucinógenos, como medio necesario para “viajar”, escapándose de la realidad por medio de un trance. El chamán entra en contacto con los espíritus y ejerce un control sobre ellos. ¨Al retornar de su éxtasis al mundo de lo cotidiano, el chaman trae un mensaje ¨logrado en su comunicación sobrenatural con los espíritus¨. Mediante un recordatorio que pone a flote el subconsciente personal y cultural, conforma un dictamen médico que entrega a los consultantes, mensaje que se vierte y expresa en el lenguaje cultural¨[7].

“El negro por su condición de esclavo llega culturalmente desintegrado y su medicina no fue recopilada por cronistas al momento de su arribo; también traía un sustratum y algún sistema médico… Su mentalidad mágica le sirve para captar y asimilar la medicina española y la india en un proceso de fácil aculturación”[8]. De los rituales curativos específicos traídos por los esclavos no se tienen datos precisos, sin embargo es muy notoria en la actualidad la influencia de esta cultura en la conformación de la identidad colombiana.

Las cabezas mágicas de los africanos los agentes del sistema colonialista los denominaron “brujas”, “yerbateras”, “herbolarias”, “herbarias”, “hechiceras”, entre otros nombres que descalificaban su labor. Estas cabezas eran principalmente mujeres, a pesar de que se conocen algunas figuras masculinas en los archivos históricos. Cumplían la tarea de adivinadoras, realizaban conjuros y sortilegios.

La estructura mágica negra tenía dos campos de desarrollo: las relaciones psico-afectivas o magia de atracción y de castigo, y la magia agresiva dirigida a producir enfermedad y muerte.

Las anteriores actividades eran juzgadas y castigadas con la muerte por los colonos, pues estos rituales iban en contra de los estatutos eclesiásticos. Existen registros de juicios hechos a esclavos con acusaciones de brujería, sólo por sospecha procediendo con argumentos de tipo religioso como ¨renegar de Dios cuando sus amos los azotan¨. Los acusados eran obligados a realizar una ¨confesión¨ de hechicería, por eso se dice que a nuestra cultura llego la época medieval tardía.