Me volvió a entregar el cigarrillo, “siga fumando y me lo vuelve a pasar”, un gato blanco y café comenzó a jugar entre mis piernas, por un momento pensé en la asociación de los gatos con las brujas y le pregunté si era de ella, me desilusionó escuchar que no le gustaban los gatos.
Le volví a entregar el cigarrillo, esta vez vio suerte, dinero, tragedia, lágrimas, la muerte de una persona cercana que no era de mi familia, felicitaciones, más suerte, más odio, no paraba de hablar, parecía un cántico que se sabia de memoria, tenía que leer rápido porque el cigarrillo se consumía a toda prisa.
Otra vez el cigarrillo en mis manos, ya estaba lo suficientemente mareada como para vomitar, los cuadros pintados por las manos de un niño que habían en las paredes se estaban volviendo borrosos, en el fondo sonaba desde otra habitación una canción de reggaetón, me pregunté porque había tanto ruido, muchas personas entraban y salían del lugar.
Marina volvió a tomar el cigarrillo, una separación, el abrazo de un hombre casado muy feo que me iba a incomodar, el encuentro con un casado muy bonito, una revolcada, creo que quiso decir pelea y la palabra mágica matrimonio, usted no se va a quedar beata, yo me reí con esta última frase, pida un deseo, pensé rápido en cualquier cosa, y destruyó el poquito de cigarrillo que quedaba y dijo un fuerte “Sí”.
La sección terminó, ya solo quedaba sacar de mi bolsillo, los 1700 pesos de la consulta, con este dinero Marina haría magia, para comprar algunas cosas para la comida de la noche, pues de este oficio vive ella y sus tres hijos.
El negocio se mueve despacio, al día visitan a Marina 3, 5, 7 personas, por lo general llegan en grupo, algunos piden la lectura del cigarrillo y otros le llevan las fotos de la persona que odian o aman, para que ella, les describa la infancia, y el presente, les lea su corazón, su destino y su suerte.
Pero no todos los días el lugar recibe visitas, en ocasiones le toca a la señora rebuscarse la comida, ella confía mucho en Dios y le encomienda todas sus cosas, “A pesar de que digan que la magia va contra Dios yo se que el me quiere y sabe que utilizo la magia blanca por necesidad”.
Ella dice que no lee el tabaco por que este sí es acolitado por el demonio, pues para recibir información las personas necesitan hacer una serie de rezos y arrodillarse ante Satán.
En la casa no solo habita la familia de Marina, allí viven 4 familias, el lugar pertenecía a los abuelos, y todos se quedaron acompañándolos, con sus nietos, sus esposas y esposos, doce personas en total. El espacio no es muy grande cada habitación es pequeña y por una riña del pasado cocinan en tres lugares diferentes con fogones de leña.
Nos pusimos de pie, para retirarnos, después de conversar con ella me quedó un vació, recorrí otro vez las escalas y ya no eran tenebrosas sino inseguras, volví a mirar la casa y ya no era terrorífica sino miserable, mire las tablas y temí que el viento en realidad se las llevara o que los fogones hicieran de las suyas con los leños.
La fe con tres fumadas, me acercó a mi futuro creo, con esto ya dudé, pero el futuro de Marina y sus hijos sigue siendo incierto, pues el cigarrillo no le dice cuantos clientes tendrá en un día, a ella solo le queda sentarse y esperar su destino.